A diferencia de cuando no tenía la vista pero se le dejaba creer lo que sentía, ahora, tenía su vista y también sus sentimientos. Sabría cuándo es falso y real.
Justo entonces, su teléfono vibró en la cama junto a él. Miró la pantalla y tragó saliva cuando vio que era Ethan.
La frente de Stefan se arrugó, su pulgar rozando la pantalla. No contestó. No con Ivy aquí. Había llamado a Ethan porque quería pedirle que investigara a Ruby, pero no había respondido. Ahora estaba llamando y aunque quería recibir la llamada y hacer la petición lo antes posible, podía esperar. Pensó mientras ponía la llamada en silencio.
—¿Quién es? —preguntó Ivy casualmente, acercándose.
—Ethan —respondió Stefan con calma, deslizando el teléfono en su bolsillo.