Capítulo 53

Asher

El olor de la chica Echo es extraño, pero no puedo descifrarlo. Ojo de Lobo, el idiota, parece no importarle; aunque, siempre tuvo debilidad por las mujeres. Un poco demasiado amistoso, un poco demasiado dispuesto. Mucho más sociable que el típico Licano.

Miro con enfado la caravana de Echo, con los dedos clavados en los reposabrazos de plástico barato de la silla plegable de Evan. Algo en esa mujer me pone los dientes de punta. El enigma del pelo arcoíris nos echó en cuanto terminó el desayuno—para ellos. No pestañeó ante nuestros platos medio llenos o nuestras tazas de café aún humeantes.

¿Quién le hace eso al Rey Licano? Más importante aún, ¿quién le hace eso a cualquier Licano sin inmutarse? Es extraño.

Fenris levanta la cabeza; ha estado deprimido durante los últimos diez minutos, desde que lo echaron con nosotros. No quería irse, pero Violeta me miró con sus bonitos ojos verde hierba hasta que lo recogí y me lo llevé conmigo.

Mi lobo no está contento conmigo.