—Pero las cosas son diferentes ahora, Chunxi. Ahora que tienes la capacidad de protegerte, eres libre de ser tal como eres. ¿Sabes lo feliz que estoy por eso? —el Segundo Anciano comenzó a ahogarse con la emoción—. Lo siento mucho. Realmente no creí que pudiera haberte protegido de otra manera. Te hice algo terrible. Pero ahora eres libre, puedes protegerte, yo... yo... —el Segundo Anciano estaba tan sobrecogido por la emoción que ya no podía hablar. Sin embargo, la confianza y la alegría evidentes en sus palabras y en su expresión eran claras para Ling Chunxi.
Ling Chunxi recuperó la compostura. Ahora veía que la razón por la que el Segundo Anciano estaba tan feliz durante la ceremonia de evaluación no era porque la familia Ling tuviera una nueva persona en quien depositar sus esperanzas, sino porque era la primera vez que la había visto demostrar la capacidad de protegerse contra la maldad del mundo en el que vivían.