¿Genio sin igual?

Cuanto más pensaba en ello, más confundida se sentía Ling Chunxi. ¿Quién en el Pueblo Shi Qu podría haber entrado en la Corte ancestral Qin sin ser detectado? Los tres ancianos de la Familia Ling tenían buenas habilidades, pero cada uno de ellos compartía las mismas limitaciones. Ninguno de ellos habría podido entrar sin que los guardias y expertos de la Familia Qin lo notaran. Nadie podría. Era algo que ni ella misma habría podido lograr.

¿Quién hizo esto?

Ling Chuxi no podía pensar en nadie más que tuviera tanto la capacidad de hacer esto como el deseo de ayudarla asegurándose de que Qin Xiruo recibiera un castigo justo.

—¿Significa esto que tampoco sabes quién estuvo detrás? —preguntó Ling Yichen.

Ling Chunxi negó con la cabeza.

—Quien lo hizo era un verdadero experto —dijo Ling Yichen frunciendo un poco el ceño. Él tampoco podía identificar en el Pueblo Shi Qu quién tenía este nivel de experiencia y quién tenía un interés obvio en proteger a Ling Chunxi.