Director Fisgón

Eira consideró las palabras de Orla. Conocía a personas como Arabella—personas que estaban sufriendo y, en lugar de encontrar una manera de sanar, esparcían su dolor como veneno.

Malia, todavía sonriendo, dio un aplauso burlón.

—Bravo, Orla. Parece que alguien ha sacado sus garras hoy —se reclinó, sus ojos brillando con diversión.

Cyran, sin embargo, no estaba divertido. Dejó su tenedor.

—Eso es duro. No sabes cómo es para ella. No sabes por lo que ha pasado.

—Y tú tampoco —respondió Orla bruscamente, cruzando los brazos—. Pero yo sí sé qué tipo de persona es. La he visto intimidar a otros sin razón, buscar peleas solo porque está enojada, y tratar a sus supuestos amigos como objetos desechables. Una historia trágica no justifica ser una persona terrible.