—¡Gracias, Papá! ¡Muchas gracias! —La voz de Myra resonaba con emoción mientras abrazaba a Eliot, su rostro iluminándose con una amplia sonrisa—. Prometo que me portaré lo mejor posible. No haré nada para lastimar a Ephyra o maltratarla. Te escucharé y seré la hija perfecta, lo prometo.
Eliot la miró y asintió pensativamente.
—Si realmente entiendes el daño que causaste, entonces necesitarás disculparte con quien lastimaste—pero no ahora. Una vez que termine tu castigo, deberías ofrecer una disculpa sincera a Ephyra y reconocerla como tu hermana. Recuerda, fue ella quien me pidió reducir tu castigo. Ella es la razón por la que recuperas tus dispositivos, así que asegúrate de mostrar tu gratitud, ¿de acuerdo?
Myra dio un paso atrás y sonrió radiante.
—Lo prometo, Papá.