"""
—¿Él hizo qué? —susurró Mango a gritos, mirando por encima de su hombro para asegurarse de que nadie la escuchara.
—¡Sí! ¡Yo no estaba allí, pero lo escuché! —dijo Dax se encogió de hombros.
—¿La abofeteó frente a ese Velor? ¿Y ella huyó? ¿Sin decir una palabra? —repitió Mango, aferrándose a su tableta.
Dax asintió—. ¡Eso es lo que escuché!
—Por lo poco que he visto de ella, habría abofeteado a Kieran también. Pero ¿dices que se fue sin decir una palabra? —parecía que Mango estaba contemplando algo.
Dax cambió de posición, mirando alrededor—. ¿Crees que está tramando algo o qué?
—¡No lo sé! ¡Simplemente no me gusta esta sensación de inquietud! Solo espero que no sea lo que estoy pensando...
En ese momento, las pesadas puertas dobles se abrieron de golpe.
Se quedaron paralizados.
Kieran irrumpió como un huracán, con el cabello alborotado y la respiración errática. Sus ojos ardían... no solo de rabia, sino de algo más. Algo mucho más peligroso.