Capítulo 126 - El abrazo del amor y una llamada amarga
La palabra "novio" se sentía extraña en mi lengua mientras miraba a los ojos de Damien.
—¿De verdad acabo de llamarte mi novio? —pregunté suavemente, viendo cómo se transformaba todo su rostro. La sonrisa que se extendió por sus facciones era diferente a cualquier cosa que hubiera visto antes – una alegría sin restricciones que llegaba hasta sus ojos y suavizaba cada línea de su expresión habitualmente compuesta.
—Lo hiciste —confirmó, con la voz cargada de emoción—. Y nunca te dejaré retractarte.
Me atrajo más cerca, rodeando mi cintura con sus fuertes brazos como si temiera que pudiera desaparecer. El calor de su cuerpo contra el mío se sentía como llegar a casa – una sensación que nunca había experimentado realmente antes.