POV de Hazel
Mi garganta ardía mientras las lágrimas se acumulaban en mis ojos. Intenté desesperadamente no llorar, pero el impacto del ataque de Julián me alcanzó. La sensación de sus dedos alrededor de mi cuello persistía como un toque fantasma.
—Siéntate —me guió Liam hacia el sofá de cuero en su oficina. Su mano nunca abandonó la parte baja de mi espalda.
Me hundí en los cojines, una lágrima escapando a pesar de mis mejores esfuerzos. Liam se agachó frente a mí, sus ojos violeta-azul llenos de preocupación.
—Déjame ver —dijo suavemente, levantando mi barbilla con las puntas de sus dedos.
Su toque era gentil mientras examinaba mi cuello. La ternura en sus acciones contrastaba fuertemente con la furia aún evidente en su expresión.
—¿Te duele cuando tragas? —preguntó.
Lo probé.
—Un poco.
—Deberíamos hacer que te revisen —dijo Liam, su pulgar limpiando una lágrima de mi mejilla.
—De verdad estoy bien —insistí, avergonzada por mi muestra emocional—. Solo estoy alterada.