Capítulo 114 - Confesiones en la azotea y soluciones imposibles
Perspectiva de Liam
No puedo asimilar el desastre que he creado. ¿Qué me poseyó aquella noche en la fiesta de despedida de Evelyn? El alcohol me convirtió en alguien que no reconozco, y ahora estoy pagando un precio que se siente como una condena eterna.
Siete días de negociaciones, siete días intentando encontrar otra salida a esta pesadilla con el embarazo de Clairemont, y todas las puertas se han cerrado en mi cara. Me han acorralado como a un animal herido sin escapatoria.
—¿Liam? —la voz de Damian corta mis pensamientos en espiral.
—Aquí arriba —respondo desde la azotea de mi ático.
La ciudad se extiende debajo de mí como una telaraña brillante, y me encuentro preguntándome si saltar sería más fácil que enfrentar lo que viene. El pensamiento me aterroriza, pero no tanto como la alternativa.