Una Advertencia Sangrienta

El punto de vista de Hazel

La sangre manchaba mis dedos de carmesí mientras miraba las tijeras que sobresalían del muslo de Alistair. El olor metálico llenaba el estudio, revolviendo mi estómago. A pesar de todo lo que me había hecho, verlo herido aún provocaba una conmoción en mi sistema.

—Debería llamar a una ambulancia —dije, alcanzando mi teléfono.

—Ni se te ocurra —gruñó Alistair, con el rostro contraído por el dolor—. Esto es entre nosotros.

Di un paso atrás, observándolo agarrarse la pierna. Las tijeras habían entrado profundamente, pero no de manera peligrosa. El sangrado no era lo suficientemente grave como para amenazar su vida. Solo era un desastre.

—Necesitas atención médica —insistí, manteniendo mi distancia.

Los ojos de Alistair se entrecerraron.

—¿Y qué les dirás exactamente? ¿Que apuñalaste a tu ex prometido?

—Fue un accidente. Tú me empujaste.

—Mi palabra contra la tuya —se burló, luego hizo una mueca al moverse en la silla.