Una Oferta Calculada

El punto de vista de Hazel

El plan se cristalizó en mi mente mientras abría la puerta del comedor privado. Vera y Cora levantaron la mirada de sus menús, sus expresiones cambiando a preocupación cuando vieron mi cara.

—¿Qué pasó? —preguntó Vera, dejando su menú.

Levanté una mano, indicándoles que esperaran. Sin sentarme, saqué mi teléfono nuevamente y marqué el número de Tía Patricia. Contestó al primer timbre.

—¿Hazel? Qué rápido...

—He tomado una decisión —interrumpí, con voz tranquila y medida—. Estoy dispuesta a vender mis acciones en Shaw Enterprises.

—¿Qué? —Su sorpresa era evidente—. ¿Todas?

—Todas, por valor de ochenta millones de dólares —confirmé, notando cómo los ojos de Vera se agrandaban al otro lado de la mesa—. Pero no directamente a Harold o Tanya.

—¿Entonces a quién?

—A ti.

El silencio al otro lado de la línea me indicó que la había tomado completamente por sorpresa. Sonreí para mis adentros y continué antes de que pudiera recuperarse.