Capítulo 18 - La Obsesión de un Rey Perturbado

Me desperté sobresaltada, con el corazón martilleando contra mis costillas. Por un momento de felicidad, no recordaba dónde estaba ni lo que había sucedido. Luego la realidad cayó sobre mí como un peso físico.

La casa de la manada. El Rey Licano. La masacre.

Me incorporé de golpe, con los ojos recorriendo la habitación desconocida. Estaba acostada en una cama lujosa en lo que parecía ser una de las suites de invitados del albergue principal. La luz del sol entraba por las cortinas parcialmente corridas, iluminando muebles ornamentados y gruesas alfombras.

¿Cómo llegué aquí? Lo último que recordaba era ser arrastrada desde el gran salón empapado de sangre, con el agarre firme del Rey alrededor de mi cintura...

Mi estómago dio un vuelco. Me abalancé hacia la ventana y aparté las cortinas.

Afuera, miembros de la manada arrastraban cuerpos por el césped. No solo lobos heridos—cadáveres reales. Apilándolos como leña al borde de la propiedad.