Capítulo 51 - Un Invitado No Deseado y una Pregunta Inoportuna

El silencio era ensordecedor.

La mirada de Kael me quemaba, su mandíbula tensa mientras permanecía a escasos metros. Cada músculo de mi cuerpo gritaba que corriera, pero mantuve mi posición, atrapada en su mirada tormentosa.

Dios, ¿por qué tenía que mirarme así? Como si fuera un rompecabezas que no podía resolver. Como si fuera una presa que no podía esperar para devorar.

Lykos seguía presionado contra mi costado, su cuerpo masivo irradiando calor en el fresco aire nocturno. Su presencia era lo único que me mantenía en pie.

—Deberíamos irnos —dijo finalmente Jax, rompiendo la densa tensión—. Dejémoslos descansar.

Los ojos de Kael nunca abandonaron los míos.

—Bien.

Solo eso. Una palabra cortante, pero contenía volúmenes de amenazas y promesas no expresadas.

Di un cauteloso paso hacia atrás en dirección a la caravana de Sera. Luego otro. Kael seguía cada uno de mis movimientos, su postura rígida.