Capítulo 78 - La Advertencia del Fanático

La sangre goteaba de mis dedos sobre el prístino suelo de mármol. Mi respiración salía en jadeos ásperos y entrecortados mientras observaba la devastación a mi alrededor. Los cuerpos llenaban el salón de banquetes—algunos muertos, otros simplemente inconscientes, todos víctimas de cualquier poder oscuro que había tomado control de ellos.

Pero uno seguía vivo. Uno todavía podría tener respuestas.

Me dirigí hacia una loba que yacía temblando contra la pared lejana. A diferencia de los otros, la conciencia llenaba sus ojos—una conciencia fría y calculadora. Había estado escondida entre los caídos, esperando pasar desapercibida.

—Tú —gruñí, agarrándola por la garganta y levantándola—. Sigues consciente.

Ella jadeó, sus garras arañando débilmente mi muñeca. Sus ojos—ámbar con vetas de un rojo antinatural—se movían frenéticamente por la habitación, buscando escapar.

—Transfórmate —ordené, con voz mortalmente tranquila.

Cuando dudó, apreté mi agarre.