Las siguientes personas no hablaron más, en su lugar contemplaron en silencio su próximo movimiento. Entre los cinco individuos, solo tres podían sobrevivir, así que sus acciones subsiguientes también tendrían que cambiar en consecuencia.
Si solo uno de los cinco pudiera sobrevivir, entonces cada otra persona sería un enemigo. Pero ahora que las reglas habían cambiado, algunas batallas podrían evitarse.
Esperar siempre es largo, el tiempo avanzando segundo a segundo, todos esperando ansiosamente.
—El Laberinto de la Muerte está abierto —una voz celestial sonó, cinco rayos de luz descendieron desde arriba, golpeando a las cinco personas presentes con precisión.
Los rayos de luz desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, y también lo hicieron las figuras de esas cinco personas.
Mu Can solo sintió mareo por un momento, y al siguiente se encontró en un lugar diferente.