Mu Can era un completo idiota cuando se trataba de relaciones; de lo contrario, no habría albergado un amor secreto por Nube Púrpura durante tanto tiempo sin tomar ninguna acción.
En este momento, viendo el estado de Tigre Pobre, tampoco sabía cómo consolarlo, porque Mu Can no tenía idea de cuál era el problema entre los dos tigres. Sin embargo, era evidente que todavía había sentimientos entre ellos.
—Yo tampoco he estado bien —dijo Tigre Pobre con vergüenza.
Evitar nunca es la mejor solución a un problema. Después de vagar durante más de un año, la vida de Tigre Pobre, aunque más colorida que antes, siempre se sentía solitaria y llena de anhelo por Pequeña Demonio cuando la noche se volvía tranquila.
—Me equivoqué —Pequeña Demonio no podía contener sus lágrimas.
—No, yo también me equivoqué —Tigre Pobre se transformó lentamente en forma humana.