Observando girar la Perla de Reencarnación, una rara expresión solemne apareció en el rostro del Alto Señor mientras la misteriosa cuenta frente a él ejercía una gran presión sobre él.
—Parece que este es el tesoro que tu maestro dejó para ti, déjame ver de qué se trata realmente tu maestro —. Aunque solemne, la Perla de Reencarnación despertó el espíritu competitivo del Alto Señor.
Había estado galopando por el Reino Supremo durante decenas de miles de años, donde usualmente eran otros quienes venían a él suplicando ser aceptados como discípulos. Pero esta vez, cuando se interesó por un talento, fue rechazado.
Quería ver cuán poderoso era el maestro de Mu Can.
La Perla de Reencarnación flotaba en el aire, eligiendo activamente a diferencia de lo habitual, como si hubiera percibido el desafío del Alto Señor y se sintiera provocada.