—¿Me hablas a mí? —Al ver la actitud despectiva de Mu Can, Yao Wenbing sintió una oleada de ira encendiéndose desde su interior, ardiendo ferozmente.
Cómo se atrevía alguien a cuestionar su cultivo del Dao de la Espada. En la opinión de Yao Wenbing, era una ofensa imperdonable.
—Heh, atreviéndose a enfurecer al jefe.
—Así es, lo que más odia el jefe es cuando alguien duda de su espada, él es un hombre que persigue la esgrima como la ambición de su vida.
—Jeje, va a haber un buen espectáculo ahora. La esgrima del jefe ya ha alcanzado el nivel de entrar en el Dao. Los ancestros de nuestro clan no paran de elogiarlo.
Al escuchar las palabras de Mu Can, la gente de la Familia Oculta miró a Mu Can con ojos que parecían estar contemplando a un hombre muerto.
Yao Wenbing era la figura principal entre la generación más joven de su Familia Oculta. Se convirtió en líder precisamente por su esgrima divinamente inspirada.