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(Academia Militar de Rodova – Post Despertar Genético, Sala de Recuperación)
Los médicos mantuvieron a Leo y Su Yang bajo estricta observación durante aproximadamente una hora, monitoreando sus signos vitales y asegurándose de que sus cuerpos se hubieran estabilizado antes de darles el alta.
No tenían clases programadas para hoy.
Se les había concedido un día completo de recuperación por el profesor Hen—como un descanso necesario después de someterse a una de las experiencias más exigentes física y mentalmente de sus vidas.
Para Su Yang, este descanso llegó como un alivio bienvenido.
Incluso ahora, mientras se sentaba, su cabeza aún palpitaba y sus extremidades se sentían más pesadas que antes.
Cada fibra de su cuerpo se estaba adaptando a los cambios genéticos, y la sensación estaba lejos de ser agradable.
—Ugh... ¿Estás bien, Fragmento del Cielo? —gimió Su Yang mientras salían del ala médica—. Siento como si alguien hubiera clavado un millón de clavos en mi cráneo.