(Academia Militar de Rodova, Habitación de Leo – Alarma de Emergencia a Medianoche)
¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP!
Una alarma estridente y mecánica rasgó el silencio de la academia, despertando bruscamente a Leo de su profundo sueño.
Sus agudos instintos se activaron inmediatamente, su cuerpo tensándose mientras se incorporaba, sus sentidos en máxima alerta.
Y entonces
—Criminal suelto...
—Atención, criminal suelto... Se instruye a todos los estudiantes permanecer dentro de sus dormitorios hasta nuevo aviso.
Una voz resonó por el altavoz, mientras el estómago de Leo se retorcía.
Una sensación profunda e inquietante se instaló en su pecho, una que no podía sacudirse.
«No puede ser...», pensó, su pulso estable pero alerta.
«¿Severus?», se preguntó, ya que el momento parecía demasiado perfecto.
La forma en que Severus había sonreído con suficiencia, la manera en que casualmente le había entregado esa fórmula de veneno hoy—todo era demasiado conveniente.