(Academia Militar de Rodova – Habitación de Leo)
Esa noche, cuando Leo finalmente se desplomó en el suelo de su dormitorio, realmente lo sintió.
La tremenda dificultad de intentar concentrarse cuando todo su cuerpo ardía.
El dolor de la sesión de tortura matutina del Profesor Marvin, combinado con la paliza absoluta que había soportado bajo la despiadada selección de oponentes del Mayor Hen, había dejado sus músculos destrozados y sus huesos doliendo con cada respiración.
La meditación, algo que siempre había hecho sin falta, era un infierno absoluto esta noche, ya que cada vez que intentaba calmar su respiración, su cuerpo le gritaba que parara.
Si no fuera por [Indiferencia del Monarca] que le impedía obsesionarse con el dolor, y [Regeneración Acelerada] trabajando horas extra para sanar su maltrecho cuerpo, dudaba que hubiera durado incluso unos minutos antes de perder la concentración.
Pero a pesar de la lucha, siguió adelante.