Cobardes

—Fragmento del Cielo. Yang. Ambos llevarán los chalecos de 300 kilogramos hoy —junto con 10 kilogramos adicionales en cada muñeca y tobillo —instruyó Marvin, con tono firme mientras señalaba el equipo con pesas.

Su Yang dio un paso adelante sin dudar, levantando el chaleco de 300 kilogramos con un movimiento practicado. Pero para sorpresa de Marvin, Leo no siguió su ejemplo.

En cambio, Leo alcanzó el chaleco de 325 kilogramos, su expresión indescifrable —como un hombre en una misión.

—Dije 300, Fragmento del Cielo. No 325 —repitió Marvin, pero Leo no le prestó atención, deslizando el chaleco más pesado sobre sus hombros sin siquiera mirar atrás.

Algo sobre Su Yang ya rozando sus límites físicos mientras él ni siquiera se había acercado a los suyos... no le parecía bien a Leo.

«Si no puedo entrenarlo más duro, nunca lo alcanzaré», pensó Leo, al darse cuenta de que si quería reducir la brecha entre ellos, tendría que esforzarse más —empezando ahora.