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(Arena del Dios del Cielo, Las Gradas para Espectadores de los Concursantes)
Yu Shen observaba con calma cómo el resto del equipo Rodova dominaba desde las gradas de primera fila—los mejores asientos de la casa, ubicados a solo metros del campo de batalla.
Aplaudía y vitoreaba junto con la multitud, aunque sus pensamientos eran mucho más calculadores que celebratorios.
Sabía mejor que nadie que para la mayoría de los compañeros que luchaban hoy, esta sería probablemente su primera y última aparición en el escenario del circuito.
Como el siempre misericordioso capitán, Yu Shen les había permitido deliberadamente esta oportunidad—dándole a cada uno la chance de disfrutar del centro de atención, conseguir algunas eliminaciones, y quizás incluso captar la atención de patrocinadores que podrían cambiar sus futuros.
Pero en realidad, excepto por Minerva, ninguno de los luchadores de hoy formaba parte de su alineación más fuerte visualizada.