Emboscada

(Mundo de Tiempo Detenido, la zona de entrada, precisamente debajo del desgarro espacial)

El descenso al mundo de tiempo detenido había sido tan suave como se podía esperar, pero el aterrizaje golpeó como una maldición.

Karl fue el primero en desplomarse sobre sus rodillas, vomitando con una arcada prolongada que resonó a través de la quietud.

La ceniza debajo de él se volvió resbaladiza y descolorida mientras vomitaba sobre ella, sus manos temblando mientras se limpiaba la baba que quedaba en su boca.

—El aire aquí... sabe a óxido y moho —se quejó mientras se limpiaba las lágrimas, ya que nadie respondió a sus lamentos.

Nadie respondió porque, aunque ellos no estaban vomitando, ninguno se sentía completamente bien tampoco.

El aire a su alrededor se sentía inusualmente denso.

El maná en el aire no se movía, no como en casa, ya que no circulaba ni flotaba.