He Qianhui sacó la lengua y limpió el pequeño resto que quedaba.
—Cuñada, no...
Zhang Hao quiso detenerla, pero He Qianhui fue demasiado rápida. Vio cómo se movía su garganta y realmente se lo tragó.
—Sabe un poco más suave que el de tu primo. He oído que la esencia de un hombre puede embellecer a una mujer. Tú estudias medicina, dime si es verdad —dijo ella.
Zhang Hao se rascó la cabeza, sintiéndose un poco avergonzado. En realidad, esa sustancia de un hombre es solo proteína común, y hablar de embellecimiento está fuera de cuestión, pero quién sabe sobre los efectos psicológicos.
Sin embargo, ver a su cuñada tragarlo con entusiasmo le produjo una sensación de satisfacción muy fuerte.
He Qianhui estaba encantada con el desempeño de Zhang Hao y entendió por qué no había dejado su semilla dentro de ella.
Claramente, quería usar la excusa de "ayudar" para tener más encuentros apasionados con ella en el futuro.
—Solías huir las veces anteriores, ¿por qué no huyes ahora?