Zhang Hao lo miró, frunciendo el ceño—el hombre en la foto era gordo y tenía orejas grandes, pareciendo un melón de invierno corto y rechoncho.
—¿Bajo qué circunstancias aceptaste su propuesta?
Sisi no respondió directamente, tomó su teléfono de vuelta y miró con anhelo a Zhang Hao.
—Si pudiera elegir de nuevo, definitivamente me resistiría, sabes. Él tiene muchas mujeres a su alrededor, pero dijo que le gusto y quiere tener varios hijos conmigo.
Zhang Hao no sabía cómo consolarla; él seguía soltero, sin experiencia en el amor para compartir.
—Ya que has tomado tu decisión, sigue adelante. Al menos le gustas al tipo —dijo Zhang Hao.
Sisi miró hacia la playa, mientras el cielo se acercaba al anochecer y el sol ya estaba sobre el horizonte.
—El amor puede cambiar. Cuando esté en mis treinta o cuarenta, pasada mi mejor época, ya no le gustaré.
Zhang Hao no tuvo respuesta, sintiendo que el silencio era lo mejor en ese momento.
—¿Tienes novia?