Si ella no estaba allí, era muy probable que estuviera de camino a casa.
Sin embargo, Zhang Hao todavía quería criticar a su cuñada por no contestar el teléfono.
Los teléfonos móviles son para comunicarse, pero ¿de qué sirve comprar uno si nunca lo usas?
Zhang Hao condujo hasta el lugar de trabajo de su cuñada, que en realidad era solo una pequeña empresa común, nada demasiado grande.
Aun así, había muchas cosas que mantenerla ocupada todos los días.
Zhang Hao salió del coche y entró en la empresa con una fiambrera en la mano.
Tan pronto como llegó al área de oficinas, escuchó levemente a personas hablando.
—Xiaohui, eres tan bonita, y aun así sigues trabajando. ¿En qué está pensando tu marido? ¿Realmente está tan seguro?
He Qianhui casi había terminado su trabajo y estaba lista para irse a casa.
Pero inesperadamente, el molesto colega masculino apareció en ese momento.
Y la tomó por sorpresa.
—Una mujer que no está en casa cuidando de su marido e hijo es muy incompetente.