Al mirar hacia abajo, Zhang Hao ya tenía su brazo alrededor de su cintura, y su otra mano se aventuraba en el oscuro valle entre sus piernas.
Habiendo esperado este día durante tanto tiempo, la respiración de Lin Wan gradualmente pasó de calmada a rápida.
Era como si todo su cuerpo también se hubiera calentado al unísono.
Zhang Hao no pronunció una palabra durante todo el tiempo; simplemente dejó que sus manos vagaran por el cuerpo de Lin Wan.
Los dos habían sido íntimos antes, pero incluso el propio Zhang Hao no podía recordar cuándo fue la última vez.
—¿Lo quieres rudo hoy, o suave? —se escuchó la voz de Zhang Hao.
Solo después de unas cuantas respiraciones rápidas, Lin Wan logró responder.
—Yo... no lo sé, deja de provocarme, no puedo soportarlo.
—Ni siquiera he hecho nada, y no puedes soportarlo. Parece que tu cuerpo es demasiado sensible. ¿Quieres que sea rudo contigo con mi gran amigo?