El deseo profundo en su interior ya no podía ser reprimido, y en los ojos de Zhang Hao, Lin Wan era como un cordero esperando ser sacrificado.
La humedad entre sus piernas indicaba que Lin Wan necesitaba desesperadamente una poderosa liberación.
Justo cuando Zhang Hao se había quitado la camisa, recibió una llamada de He Qianhui.
Esta llamada instantáneamente arrastró hacia abajo el apasionado deseo que ya los había envuelto a ambos.
Pero Lin Wan no quería perder una oportunidad tan buena, así que para evitar que Zhang Hao se fuera, se incorporó.
Mientras él estaba al teléfono, ella rápidamente le quitó la ropa interior y acababa de lamerla con su lengua cuando Zhang Hao colgó la llamada.
—Tengo algo que atender, ¿en otra ocasión, de acuerdo?
Lin Wan había anticipado este resultado, y un sentimiento de decepción instantáneamente subió por sus mejillas.
—La persona al teléfono, debe ser muy importante para ti, ¿verdad? Entonces regresa con ella.