Al llegar a la sala de emergencias, Zhang Hao finalmente vio al paciente, otra víctima de un accidente automovilístico, aunque no tan gravemente herido como el anterior.
El jefe de cirugía suspiró aliviado cuando vio llegar a Zhang Hao.
—Ya estás aquí, ahora puedo relajarme. Todavía tengo pacientes de mi lado, así que te dejo este a ti.
Mirando al paciente acostado en la cama del hospital, Zhang Hao también sintió la gravedad de la situación. Después de cambiarse de ropa, comenzó el examen más básico.
Afortunadamente, la familia del paciente fue muy cooperativa y no tuvo objeciones a sus disposiciones.
Un examen exhaustivo reveló que la condición del paciente era algo mejor de lo esperado. Siempre que los signos vitales se estabilizaran, podrían trasladarlo al quirófano.
—Doctor Zhang, la vida de mi hija está en sus manos. No importa cuánto cueste, no importa.
Al ver el entusiasmo de la familia por el rescate, la confianza de Zhang Hao aumentó considerablemente.