—Zi Xuan, ¡salgamos! ¡No tengas miedo, estoy aquí! —Sin embargo, Ling Zhenfei no le prestó atención. Habló suavemente a Yang Zixuan, tomando su mano y saliendo del coche.
—Oye, Ling, ¿puedes cuidar un poco la imagen de nuestra empresa? Y la mano de Zi Xuan, ¿cómo es que puedes tocarla?
Ver la delicada mano de Yang Zixuan siendo sostenida por Ling Zhenfei hizo que Fan Tong se enfureciera aún más.
Había estado deseando a Yang Zixuan durante mucho tiempo pero nunca había tocado ni uno de sus dedos.
Y ahí estaba Ling Zhenfei, actuando como un caballero de brillante armadura justo frente a él y aprovechándose de la hermosa mujer.
—¿Imagen? Bah, con esa cabeza de cerdo tuya, ¿qué imagen tienes?
Ling Zhenfei puso los ojos en blanco ante Fan Tong y no dijo más, guiando a Yang Zixuan hacia el hotel.
—Tú...
Viendo la espalda de Ling Zhenfei alejándose, Fan Tong pisoteó con rabia, sin poder hacer nada más que entrar al hotel con cara sombría.