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De hecho, Jiang Hao, a pesar de su apariencia reticente, verdaderamente poseía gran habilidad. Particularmente su qigong duro era excepcionalmente formidable.
Cuando varios matones lo rodearon y atacaron, innumerables palos se estrellaron contra él, pero los resistió todos como si no fuera nada.
Luego, aprovechando el momento en que los matones estaban en shock, desató su poder con movimientos rápidos como un torbellino, golpeando con puñetazos y patadas que inmediatamente enviaron a volar a la primera fila de matones.
—¡Ah!
Los otros matones nunca habían imaginado que Jiang Hao pudiera pelear así. Atrapados en su asombro, reunieron aún más gente que en la primera oleada y lanzaron un feroz asalto contra Jiang Hao.
Sin embargo, esta vez, Jiang Hao empuñaba un cuchillo de corte, tajando como lluvia. En un abrir y cerrar de ojos, había dejado a los atacantes golpeados hasta el punto de tener brazos y piernas rotos, retirándose en desorden.
—Un montón de basura, ¡todos atrás!