—Maestro Gato, ese chico era demasiado arrogante, ¡realmente se atrevió a actuar en nuestro territorio! ¿Por qué aún así querías que me retirara?
Después de informar, A Tu no pudo evitar expresar su confusión a Gato Montés de Nueve Vidas.
—Si el Maestro Jin se entera, me temo que no será fácil de explicar.
—Ja, A Tu, es precisamente porque no es fácil de explicar que no te dejé actuar.
Gato Montés de Nueve Vidas encendió un cigarro y dio unas cuantas caladas antes de hablar profundamente a A Tu.
—Ling Zhenfei, ese chico, realmente no es simple. No es de extrañar que incluso Tan Shaojie y Hei Biao hayan caído ante él uno tras otro. Si nos enfrentamos directamente con él, me temo que no habrá nada bueno que cosechar.
—Puede ser, pero...
A Tu, aunque sentía lo mismo, expresó su preocupación con un tono inquieto.
—Maestro Gato, si lo dejamos pasar así, me temo que seremos el hazmerreír de la gente en el Jianghu.
—¿Hazmerreír? Ja...