Tales oportunidades estaban justo frente a ellos, pero desafortunadamente, debido a su arrogancia y vanidad, perdieron esta oportunidad de hacerse ricos, dejando que Ling Zhenfei, este don nadie poco llamativo, se llevara tal gran ventaja.
Su arrepentimiento y frustración en ese momento eran indescriptibles.
El Profesor Sun miró los peces por un momento, luego se levantó emocionado y le preguntó a Ling Zhenfei:
—Joven, ¿puedes venderme estos peces? No te preocupes, te garantizo un precio satisfactorio.
—Um...
Ling Zhenfei escuchó esto y rechazó sin siquiera pensarlo:
—Lo siento, Profesor Sun, entiendo sus sentimientos, pero acabo de comprar estos peces, y no planeo venderlos por ahora.
—Bueno...
El Profesor Sun parecía decepcionado pero no quería rendirse. Extendió una mano hacia Ling Zhenfei y preguntó de nuevo:
—Joven, ¿qué te parece esto: pagaré cien mil por pez, por un total de cinco peces, quinientos mil. ¿Qué te parece?
¿Cinco peces, quinientos mil?