Han pasado tres días desde los últimos sucesos, todo parece estar en calma, la gente va intentando hacer vida normal, bueno, lo que se entiende por no estar con ojos en la nuca esperando a que alguien lo secuestre y le torture como nunca.
Astrid y su familia, bueno, la que queda, están pasando el duelo de todo lo que han perdido, Laura y Alex están comenzando a normalizar su amor, y por normalizar quiero referirme a que se pueden esconder de todo el mundo sin tener que estar revisando si un loco enmascarado los busca para matarlos. Eduardo se ve diferente, es raro, está como feliz, observa a los supervivientes de esta masacre y su humilde reacción es la de sonreír, ¿Pero porque?.
Otra parejita joven son Pedro y Yolanda, quienes por fin están viéndose regularmente como una pareja normal incluso con el rarito de Jaime rondando por ahí.
A veces podrás ver a las viudas, es decir, a Astrid y Jessica juntarse en la plaza, y hablar de la vida y lo feliz que era todo cuando tenían una familia medianamente estructurada y feliz.
Aunque esa calma no ha durado mucho, porque Eduardo ha llamado con urgencia a la gente del camping, ¿La razón?
Sienta a todo el mundo en corrillo como se ha hecho últimamente, y aunque el recuerdo de sentarse juntos de esa forma no fuera agradable, afortunadamente no faltaba nadie dentro de ese grupo, no habían más desaparecidos, ni heridos ni gente que pudiera faltar en esa reunión. – Chicos, se que esto ha sido una completa locura, pero la mejor esperanza que tenemos ahora mismo, es que estamos todos los supervivientes juntos, así que sea lo que sea lo que nos quieren enseñar, podemos juntos. – Así Eduardo, conecta el proyector y lo conecta a lo que parece una cámara de vídeo, ¿No recuerda a algo? O mejor dicho ¿A alguien?
En fin, Eduardo conecta la cámara, le da play al vídeo y comienza la grabación. En ella se observa a Felipe, magullado, con sangre, cansado y al fondo de ese vídeo se observa a Amador, pobre criatura jajaj, quien diría que un niño tan joven acabaría con ese loco… Bueno, el caso es, que junto a Felipe, reconocemos una máscara de animal, una túnica negra y un par de armas blancas que coincidirían con armas usadas para torturar a algunas de las víctimas.
Tras unos segundos en silencio, Felipe comienza a hablar – Buenas tardes a todos, o bueno mejor dicho ‘activa la distorsión de voz’ Buenas tardes a todos, ‘Desactiva la distorsión de voz' jajajaj, que caras tenéis que estar poniendo todos, que lastima que no os voy a poder ver esas caras de patéticos imbéciles.
Si, el enmascarado era yo, ¿sabéis porqué? La respuesta es muy sencilla, maté, y mucho en mi juventud, pero a quien si amé con todo mi corazón fue a la madre de Eduardo. Resulta que tengo un sentimiento encontrado con personas mayores que yo, si, pero nos amabamos de verdad. Una persona, me contrató para matar al padre de Eduardo, y cuando lo logré, ella ya estaba embarazada, si Eduardo, Amador es hijo mío, es tu hermano, pero bueno, el caso es, que a uno siempre le ha gustado eso de ver sufrir a la gente, y si he parado ya de matar, es porque pienso huir con mi hijo para tener lo que es mío por derecho, no me busquéis o moriréis. –
La gente hizo un silencio ensordecedor, no sabían que decir o como actuar, solo podían mirar a Eduardo, quien suele tener las respuestas a las incógnitas difíciles.
Pero Eduardo solo pudo llamar a Alex, Pedro y Jaime, les dió bates de beisbol a cada uno, cogió su revolver y dijo “ si corremos ahora mismo todavía podemos capturar a Felipe”
Todos se han alertado por las palabras de Eduardo, y cogiendo lo que cada uno veía cercano a ellos, se observó una imagen similar a Fuente Ovejuna, todos los supervivientes fueron en corrillo a arremeter contra Felipe.
Unos más rápidos que otros, pero todos al unísono con un único objetivo, que Felipe no escape, quieren que Felipe pague por el daño que ha hecho, lo que ha quitado a todos. Y cuando llegan a la parcela de Felipe, hay algo raro, algo que da escalofríos a algunos, menos a Eduardo, tanto las pertenencias como el coche de Felipe aún siguen ahí.
Eduardo hace una seña con las manos y advierte para que estén preparados para todo, y así con su pistola de dispone a entrar dentro del avancé a atrapar a Felipe, solo para encontrarse el escenario que nadie se esperaría…
Eduardo sale del avancé, y obliga y suplica a todos a no entrar dentro, no quiere que nadie se traumatice más, – Chicos, de verdad, se que queréis venganza, yo tambien, pero lo que hay ahí dentro solo oscurecerá más vuestro corazón. Yo lo acabo de ver, y puedo aseguraros de que estáis por fin a salvo, llamaré a las autoridades competentes y cuando esté todo solucionado os podréis ir a vuestras casas. – pero, a Astrid no le hizo gracia, así que entró aún siendo advertida, solo para ver algo que al momento agradecería no haber visto jamás.
En ese avancé se encuentra el cadáver sin vida de Felipe, junto a una nota de suicidio, y al joven Amador, tumbado sin vida, con el cuello cortado y las tripas colgando de su joven cuerpo.
Astrid corre fuera del avancé, se tira al suelo a vomitar mientras grita histérica, incrédula y horrorizada, es posible que jamás sea capaz de olvidar unas imágenes así. Eduardo vuelve a entrar para recoger la nota de suicidio como prueba mientras hace fotos de la escena del crimen y procede a leer – Si yo no puedo tener a mi hijo, nadie lo va a tener, la sombra negra me lo dió todo, y ahora moriré por ella. –
Y así Eduardo sale del avancé y acompaña a todos a sus aposentos mientras llama a las autoridades competentes.
Por fin la calma comienza a llegar, Eduardo redacta los informes competentes, da las declaraciones necesarias, informa de los asesinados y los desaparecidos que aún no han sido encontrados, y tambien permite que las familias recojan sus pertenencias para irse a casa.
Podemos observar a las familias, casi como cadáveres, cogiendo carretera rápidamente para no volver nunca al lugar que más les ha traicionado en esta vida, dejando una dolorosa etapa atrás. Las autoridades tambien marchaban, mientras se llevaban cada uno de los 9 cadáveres encontrados, y por fin el último en marchar fue Eduardo.
Cada familia regresa a su hogar, se tumba en sus camas, tratan de pensar en algo que sea lúcidamente más feliz que la masacre que han vivido, pero…
En la otra punta, alejado de todas las familias, vemos en Sitges a nuestro querido Eduardo, dejando su maleta en la comoda de su habitación, y caminando hacia su lujoso comedor con su copa de brandy y su cigarro exclusivo, extasiado de todo lo vivido, pero, con una sonrisa esbozada en su rostro.
Lo vemos en el comedor de su hogar, con un extraño pizarrón abierto, con fotos, textos y planes, fogatas, escorpiones, maquinas de tortura, tratos turbios, y lo más importante, una frase en grande en lo alto de toda esta maquinación psicópata que dice ‘Mi gran plan’
Si, en efecto, Eduardo era el hombre detrás de la masacre, la gran mente maestra, el único que sería capaz de asesinar a más de 7 personas y no ser juzgado por ni una sola persona, pero… ¿Porque?
¿Que movería a un hombre de la planta de Eduardo a cometer estos actos y ser el segundo Jack el destripador? La respuesta es sencilla, su Padre.
Estaréis diciendo ¿Pero si el asesino de su padre es Felipe no? Si, en efecto, pero va mucho más allá de eso.
El padre de Eduardo estaba construyendo una sucursal, todo para que cuando Eduardo y Nerea tuvieran hijos sus nietos estuvieran enterrados en dinero. La inversión de 5 millones de euros, se fue al traste cuando Julián comenzó a acostarse con la mujer del artista conceptual,como se llamaba… ah si, Cristian, este contrató a Felipe para que se infiltrará en la cuadrilla de trabajo de Julián y lo matara. Al intentarlo, falló, ocasionando que Julián quedará minusválido y sin dinero, lo que ocasionó a que denunciará al padre de Eduardo para cubrirse las espaldas. La gran jueza Marta, no se lo pensó 2 veces ni siquiera intentó investigar si hubo intento de asesinato y culpó al padre de Eduardo, ocasionando que tuviera que pagar 3 millones de euros en concepto de indemnización. ¿Y la mejor parte? El padre de Eduardo era el anterior líder del credo del ciervo negro, y como quiso construir el edificio para mantener económicamente a sus nietos, Toño y Angelita, quienes serían los sucesores directos del padre de Eduardo, mandaron a Felipe a matar al hombre, teniendo en cuenta que Toño y Angelita le mostraron una prueba falsa de ADN a Felipe diciendo que ese hijo era suyo. Al matar al caballero, Eduardo fue atando cabos, investigando, creando perfiles psicológicos y creando toda la sucesión de eventos que han sufrido las personas involucradas a esta macabra historia.
Y una pregunta que os estará rondando la cabeza, ¿Entonces Felipe porque se autoincrimina? Fácil, Eduardo le había prometido una documentación y identidad nueva para irse a Cuba a vivir, y cuando Felipe había grabado ese vídeo, Eduardo le ofreció un chupito de brandy con cianuro, para que mientras el muriera ahogado por el veneno, viera como Eduardo cercenaba al niño.
Pero, ¿Y esto? Eduardo ha retirado su pizarrón viejo, donde las víctimas que tenían que pagar han pagado, y ha instalado un nuevo pizarrón, en el que la lista de futuros muertos es menor, pero vemos caras familiares.
¿Quiere decir esto que la naturaleza del ser humano es que aunque obtenga lo que quería siempre va a querer más? ¿O que el cerebro humano tiene un limite que una vez traspasado es una bestia irracional que no parará hasta que alguien le pare los pies?
Lo mejor de todo esto, es que ésta locura transitoria y el trauma histórico que se ha vuelto argucias para nuestros supervivientes, solo ha sido el inicio de una caza de brujas de la que no eran participantes y ahora tendrán que sobrevivir a la sombra del asesino.
Continuará...