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—¿No vivirá más allá de los 35 años?
Yi Tao ya tenía 32 años este año.
Si no viviera más allá de los 35 años, ¿no le quedarían solo unos pocos años de vida?
Al escuchar esto, el rostro de Li Wenru inmediatamente palideció. Agarró la mano de Ye Zhuo.
—¡Señorita Ye! ¡Por favor, salve a nuestro Tao Tao!
Ye Zhuo continuó:
—Tía, si no nos deshacemos de la mala semilla, incluso si Hua Tuo[1] estuviera vivo, no podría salvar al Sr. Yi.
Yi Xuezheng frunció ligeramente el ceño.
—Señorita Ye, ¿está diciendo que hay una mala semilla en nuestra familia y que la enfermedad de Tao Tao es provocada por alguien?
Ye Zhuo asintió.
De hecho, desde el principio, Ye Zhuo ya sentía que había algo extraño en la enfermedad de Yi Tao.
Esto se debía a que la enfermedad de Annox era demasiado rara.
Además de eso, al ver a Li Qingyue hoy, estaba aún más segura de sus pensamientos.
¡Definitivamente había algo mal con esta Li Qingyue!