Capítulo 4: conociendo al dios Taumante.
Mientras tanto en la morada de los dominios de Gea, esta se encontraba acostada en una cama de hierva abundante y esponjosa sintiendo los pequeños veneficios que le aportaba la nueva divinidad creada por el pequeño lahar y se preguntaba que canción o melodía crearía para la ceremonia para ungir y de canonización del Dios Rey. Me pregunto cómo serán los hijos que tenga con Urano, jijiji, hijos de la tierra y el cielo. Pero primero debo de dar a luz a estos pequeños niños de las aguas profundas. Lo murmuraba mientras se miraba y sobaba el vientre con amor y ternura, lástima que no serán parte de mis dominios terrestres. Y siguió recostada descansando y entrando de ves en cuando en los dominios de su sobrino Hipnos.
Y mientras Gea esperaba a su quinta hija perteneciente a los mares. sus otros hijos Forcis y Ceto ya se habían casado y empezado a tener descendencia monstruosa de las profundidades marinas, trayendo aun mas vida a los mares como lo había hecho Nereo con los bancos de peses ayudando a que estos se reproduzcan con su poder en la fertilidad en el mar.
A su vez, acercándose a lahar se encontraba Taumante. Dios de las maravillas del mar, deslumbrado por las nuevas creaciones de leyes de este. Y pudo ver como este acababa de declararle al mundo las leyes de la niebla, lo cual lo encontró muy interesante. Y se preguntaba qué otras cosas maravillosas se podrían hacer con el agua o en la misma, pero no se le podía ocurrir nada en estos momentos, donde al mundo le hace falta tantos conceptos que den pie a la creación,
A Hemera quien se desplazaba por lo alto trayendo el día junto a Éter le encantaba ver como esta niebla se esparcía por parte del suelo creando un manto grumoso y blanquecino donde su luminosidad y la de su esposo Éter se reflejaba se mesclaba y absorbía en ella y se expandía por el entorno habiendo un paisaje de ensueños en lo que solían ser sus monótonos trayectos. Incluso Urano se sentía extrañamente algo más cómodo que antes y pensaba que ojalá le gustaría reposar en algo que se vea así de cómodo y esponjoso, pero para eso tendría que acostarse encima de su madre apegándose al suelo, comprimiendo el mundo que se encuentra no facilitando las nuevas creaciones en el mundo en expansión y a las posibles leyes que se deban encontrar entre el cielo y la tierra, a lo cual que no atrevía a ir contra las leyes del mundo. Ya que es la representación conceptual y física del mismo cielo como lo es gea con la tierra.
Al anochecer Taumante se acercó al dios Lahar para charlar.
–Hola pequeño dios de la niebla y el flujo de la lava.
–Hola, buenas noches tío Taumante, es un placer verle por aquí trayendo consigo su maravillosa presencia a estos lares desolados de la orilla marina.
–pues vine a ti simplemente a visitarte y conocerte mas de cerca y charlar un rato y quisa también a ver si me puedes entretener con tu maravilloso sacerdocio del canto y la melodía, para también pasar los ratos de aburrimiento.
–también para mí sería un placer ser acompañado por ti. Y con gusto disfrutare de su grata compañía.
–me preguntaba si existe alguna manera de hacer algo tan maravilloso con las aguas del mar, que suenen tan hermoso como sus cantos.
–Interesante pensamiento tío. No lo había pensado antes de no habérmelo recordado.
A lo que lahar recordó que también podía crear instrumentos musicales para mejorar su sacerdocio de la melodía.
–creo que se me puede ocurrir algo, pero tengo que planearlo bien para crearlo para hacer lindas melodías fácilmente.
–hay algo en lo que te pueda ayudar joven lahar.
–probablemente sí, pero aún no se me ocurre en que tío. Pero mientras tanto podríamos practicar y me puedas acompañar a cantar repitiendo después de mí y si sientes que puedes cantar otra cosa adelante,
–Está bien muchacho, siempre es bueno empezar por algo.
Así fue como lahar empezó a cantar nuevamente con la compañía de su tío, el dios Taumante.
Ahh. corramos por el aire, volemos bajo el mar, nademos por el suelo, y entre la niebla soñar, iluminemos las ideas de las profundidades del mar, enriquezcamos la tierra que bajo el cielo a de brotar. Cantemos por las aguas y que el sonido entre montañas su fluides, cantémosle a la vida lo que hay que agradecer, y descansemos por la noche bajo el manto de Nyx, soñemos con los nuevos maravillosos días que por Hemera y Éter han de venir.
Soñemos con la luz reflejadas en las montañas. Corriendo al anochecer, volemos entre las bestias marinas en aventuras para crecer, nademos entre las ideas que pronto aparecerán, miremos al horizonte entre la tierra, el cielo y el mar.
Y mientras estaban terminando de cantar por cuarta vez, las leyes seguían prestando parte de atención en la letra de la canción no solo por el sacerdocio del canto y la melodía, sino que también por algunas palabras he ideas mencionadas en las canciones especial mente en la parte donde la luz se refleja en las montañas, pero estas aun no entendían bien a que tipo de regla se podría referír.
(fin del capítulo 4)