Leer y escribir. Una tarea que para algunos parece difícil, para otros no tanto.
Pero para mí, Kael Drakewill, fue una tarea sencilla. Algo que haría con los ojos cerrados.
No hay algún botón que suba la dificultad de este mundo. Ojalá fuera un videojuego, podría subir de nivel y cosas así.
Aunque… la verdad es otra.
Han pasado tres meses desde que empecé a estudiar. Es increíble lo fácil que es aprender cuando tienes a alguien apoyándote. Mi mamá es simplemente excepcional. Y por las historias que me contó a lo largo de estos meses, mi abuela le enseñó personalmente todo lo que pudo antes de irse. Es triste que nunca llegué a conocerla.
¿Qué le diría si aún estuviera aquí? ¿Qué clase de comida cocinaría? Supongo que era tan buena como mamá. Jeje.
Bueno, ya. Hay que seguir. Estos libros no se van a leer solos.
Así que aquí dice… este…
“Cuando el hombre llegó al fondo, él encontró una piedra, no, una… ¿lámpara?”
—¡¿Por qué tienen que escribir tan raro!?
—Aaah…
Solté un suspiro. El cansancio y la confusión no me dejan pensar muy bien.
¿Por qué no simplemente crean una magia o artefacto que cambie las letras al idioma del lector?
Tal vez si yo lo hago me haga rico. Kael, el hombre de las mil lenguas.
Algo así suena bien… jeje.
—Veo que sigues teniendo problemas, hijo.
Alguien me habló desde la puerta de mi habitación.
—¿Papá? Sí… todavía hay algunos símbolos que no entiendo, y otros que son tan parecidos que no distingo uno del otro.
—Trae eso para acá. Tu padre te enseñará.
Me levanté de mi cama. Estaba acostado ya que el entrenamiento de la mañana me dejó bastante cansado.
Le di el libro a mi padre y esperé sus instrucciones.
—Bien, aquí dice: “Cuando el hombre llegó al fondo, él encontró una… ¿selva? ¡Sí! Selva.
—Es una fuente, cariño. FUEN-TE. Dos sílabas.
Dijo mi madre desde la sala.
—Ah, sí, eso… Vaya, ahora que recuerdo tengo unos asuntos pendientes en la central de mercaderes. ¡Nos vemos luego, hijo!
Papá se fue rápidamente. Por un momento creí que sería deleitado con una muestra de su inteligencia… pero bueno, ya qué.
Madre, por el contrario, solo leyó el libro para mí unas tres veces y al parecer se lo ha aprendido de memoria.
—¿¡Es alguna clase de súper genio!?
—¿Dijiste algo, Kael?
—¡No! Perdón, estaba pensando en algo…
—Muy bien.
Debería estudiar más en lugar de perder el tiempo.
Bien, ya lo tengo: una meta… y un castigo.
Tengo que aprender a leer y escribir en cuatro meses. Si no lo logro… no lo sé, ¿qué tal...? No, eso no serviría. O ya sé, tal vez... no, eso tampoco.
¡Al diablo! Si no lo consigo, me enlazaré con un pez luna.
———
—Punto de vista de Elisa—
Kael parece hablar solo. ¿Será alguno de esos amigos imaginarios que los niños tienen? Tal vez deba preguntárselo alguna vez.
Él ha estado trabajando duro estos últimos meses. Estoy bastante orgullosa de él. Es un niño bastante inteligente, y sobre todo, bastante adorable. ¿Cómo es que algo así salió de Albert? Oh, espera… yo también estuve involucrada, así que debe ser por eso.
Sí, definitivamente por eso.
Lleva estudiando ya un buen rato desde la mañana. Parece querer aprender por alguna extraña razón, o solo es su enorme curiosidad.
—Kael, la comida está lista. ¿Puedes llamar a tu padre?
—¡Claro! Eh… ¿padre no se había ido a la central?
—Claro que no. Está en el patio. Se fue a esconder de la vergüenza que le dio no poder leer un libro de niños.
—Ah, está bien entonces. ¡Ya vuelvo!
Qué padre tan tonto tienes, hijo mío. Pero es mi esposo, no debería ser tan dura con él… Nah, si no lo soy yo, nadie lo será.
—Ya estamos aquí, cariño.
—Bien. ¿Qué tal la central? ¿Terminaste lo que tenías que hacer?
—Eehh… sí, algo así, jejeje.
Dejo salir una risa nerviosa.
—Muy bien. Me alegra oírlo.
———
—Punto de vista de Kael—
Uuuh, esa mirada… Eso mandó una ola de escalofríos por mi cuerpo. Mamá da bastante miedo. No debería hacerla enojar si valoro mi vida.
Pero más que eso… esto está delicioso. Es parecido a una pasta de mi vida pasada… ¿Wilfredo? o algo así creo que se llamaba. Pero esas no se comparan con esto. ¡Esto es digno de un rey!
Ahora que lo pienso… me pregunto qué tan buenas son las habilidades culinarias de papá. Si me guío por su personalidad e inteligencia, diría que es capaz de hacer un… ¿sándwich? Bueno, quién sabe. Tendré que esperar a que ese milagro ocurra.
———
Al terminar la comida, papá y mamá lavaron los platos y utensilios, mientras yo recogía y limpiaba la mesa. Un trabajo efectivo.
—Kael, mañana iremos a la central de nuevo. ¿Quieres ir?
¡La central! Esperaba el día en que fuéramos de nuevo. Hace dos semanas que no vamos. Espero esta vez poder ir con papá al segundo piso. Estoy harto de buscar verduras y carne.
—¡Claro, mamá!
—Bien. Recuerda llevar ropa delgada. Mañana hará mucho calor, según escuché.
—¡Está bien!
Calor… lo odio. Solo te hace sudar y, en mi caso, me hace doler la cabeza. Qué horrible es eso, en verdad. Pero de todos modos… ¿cómo predicen el clima las personas aquí?
Dentro de mis conocimientos no existe algo así como los meteorólogos de mi vida pasada. ¿Es acaso un tipo de magia?… No importa, de cualquier forma, lo descubriré en algún momento.
Por ahora debería ir a bañarme. Hoy hizo mucho calor. ¿Es así como lo predicen? ¿El día anterior es alguna especie de ejemplo para el siguiente?
Bien, ya está bien… ¡a limpiarme bien!
———
Un baño de agua fría siempre es bienvenido después de un día de calor. Escuché que puede llegar a tener efectos mortales, pero no me pasó nada, así que está bien… por ahora.
Al entrar a la sala, mis padres estaban leyendo los libros que uso para estudiar. Parece que mamá le está dando una lección a papá.
Papá me vio entrar y me lanzó una mirada de ayuda.
"¡Hijo mío, ayúdame, por favor!"
Eso parece haber sido lo que dijo.
¡Aguanta, papá! Ya casi terminas.
Le levanté el pulgar en señal de apoyo.
¿¡Pequeño…!?
Parece que no le gusta estar así.
Se lo buscó.
—Me voy a dormir. Estoy bastante cansado. Buenas noches, ¡nos vemos mañana!
—Claro, Kael. Que tengas dulces sueños.
—Sí, descansa campeón. Nos vemos mañana en el entrenamiento.
Ese tono de voz y esa mirada.
Tengo un mal presentimiento sobre mañana.
Tal vez debería saltarme el entrenamiento, por si acaso… podría darme un golpe de calor o algo así.