CAPÍTULO 1

En el renombrado hotel Golden Rose, una sofisticada cena se estaba llevando a cabo, impregnando el ambiente con un aura de elegancia y distinción. Las paredes doradas, junto con los diseños arquitectónicos singularmente elaborados, eran los elementos que habían catapultado al hotel Golden Rose a la cúspide de la fama en toda la ciudad, siendo considerado el epítome de la excelencia.

Mientras los invitados intercambiaban charlas, un grupo de jóvenes se destacaba entre la multitud de adultos.

“¡Hey!, ¿Se enteraron?”

“¿Qué, qué ha sucedido? ¡Vamos, habla rápido!”

Al escuchar a Dan Jian, el grupo de jóvenes centró su atención de inmediato en él, acercándose a escasos metros, pues sabían que este joven siempre poseía información veraz y nunca hablaba sin fundamento; así que, si él revelaba algún dato, lo más probable era que fuera cierto. Susurrando únicamente para que su pequeño círculo de amigos pudiera escuchar, Dan comenzó a hablar.

“Bueno, acabo de recibir un mensaje de nuestro pequeño sol.”

Los ojos de todos se abrieron de par en par, sorprendidos; Lí Surya, su amiga más querida, había partido al extranjero para continuar sus estudios, lo que había resultado en la pérdida de comunicación con los miembros de su grupo. No sabían qué había sido de ella, sin embargo, no esperaban que se comunicara directamente con Dan Jian, un viejo chismoso dentro del círculo social. Muchos sentían envidia por la preferencia que Surya mostraba hacia la lengua suelta de Dan.

“Sí, pero…”

“¡¡¿Qué, recibiste un mensaje de Surya?!!”

La persona que interrumpió las siguientes palabras de Dan Jian era Leilani Brown, una joven proveniente de las tierras inglesas. Su piel pálida, ojos verde esmeralda y cabello dorado la hacían destacar entre la multitud de personas asiáticas; era una verdadera belleza en el círculo de nobles.

“¡Shh! ¡Cállate, Leia! Deja que hable Dan.”

Leilani deseaba discutir con su hermano gemelo, Mao Brown; sin embargo, decidió ignorarlo, enfocándose más en la información que Dan había conseguido sobre su “Little Sol”.

“¡EJEM! ¡EJEM!” Tosiendo ligeramente, Dan continuó su relato.

“Bueno, escuchen esto: Surya acaba de llegar a la central de Longha y me informó que fue su hermano a recibir la. Dice que la están obligando a asistir a la reunión, así que en unos minutos arribará al salón.”

Una sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Dan Jian, contagiando a los demás jóvenes que lo rodeaban.

“Entonces ya saben lo que nos espera, ¿verdad?”

Los jóvenes que rodeaban a Dan no podían contener la emoción ante la inminente llegada de su amiga; sabían que con la llegada de su compañera de espíritu aventurero, la paciencia de los ancianos se vería desbordada, desatando el caos en todo el hotel, incapaces de controlar el temperamento explosivo de Lí Surya.

El primero en romper el silencio fue un joven de ojos grises; su cabello negro y su porte elegante le conferían una apariencia seria y de buen comportamiento. Sin embargo, sus amigos conocían mejor que nadie que Sullivan era, de hecho, un verdadero bastardo de vientre negro.

“¡Ja, ja, ja! ¡No puede ser! Tengo que grabar esto, va a ser épico.”

“Hmm, pero…”

Dudando un poco, la persona al lado de Sullivan habló. Todos se volvieron hacia su pequeño amigo, que era más bajo que una mujer promedio. Su aspecto hacía pensar a las personas que era un niño; en absoluto podía asociarse con un joven adulto. Darren Tan era tímido por naturaleza; su piel clara y ojos grandes le conferían un aire de inocencia y pureza.

“Rápido, habla,” lo apresuró la joven Leilani.

“Bueno, estoy un poco preocupado por si causa un alboroto; ¿no molestará a los ancianos?”

Dan Jian respondió: “No te preocupes, tengo un plan.”

Acariciando la esponjosa cabeza de Darren Tan, Dan comenzó a calmarlo, sus manos enviando pequeños golpecitos que hacían que el niño se sintiera algo aturdido. Volviéndose hacia los jóvenes que lo rodeaban, Dan explicó:

“Entonces, en cualquier momento llegará Little Sol (Surya), estén preparados.”

Al concluir su discurso, todos asintieron con la cabeza, preparándose para la maravillosa entrada de su excéntrica amiga.