—¿Wendy? ¡Oye!...
Charlie le dio unas palmaditas en la cara, pero la chica no reaccionó, a ella solo le temblaban las pestañas. El hombre frunció el ceño, solo quería castigarla, pero no esperaba que Wendy tuviera una acrofobia grave. Eso explicaba por qué ella había estado en silencio todo el camino cuando él la llevó al aeropuerto.
Esa ocasión, cuando subieron al avión, el rostro de Wendy estaba sumamente tenso. La tensión no era solo porque era la primera vez que viajaba en avión, sino porque tenía una acrofobia grave.
Charlie frunció el ceño con más fuerza, haciendo que se le formaran unos pequeños bultos entre sus cejas.
—¡Despierta, Wendy! —le gritó dos veces más, pero la chica no reaccionó. Charlie entonces, se la llevó en brazos.
Cuando llegaron a la suite del hotel, el médico al que Charlie llamó también llegó, éste era de origen chino, pero no hablaba muy bien el idioma. Le comentó a Charlie:
— Señor Hogg, la señorita se desmayó debido al fuerte susto que tuvo.