Estaba oscuro en la pantalla grande, y con música, había una especie de atmósfera sombría.
Cuando se escuchó el grito de una niña en medio del pasillo, Wendy se dio cuenta de que era una película de terror...
Ella tragó en silencio.
Estaba claro que la habitación estaba equipada con calefacción, pero solo podía sentir el frío que emanaba de sus pies.
Mirando hacia abajo en silencio, Wendy descubrió que tenía la palma de la mano llena de sudor. Estaba mojado y se lo limpió en la rodilla. La música espeluznante seguía saliendo.
No pudo evitar mirar a Charlie. Quería decir si podían irse a casa ahora.
Sin embargo, vio a Charlie sentado allí perezosamente. Parecía muy concentrado, como si estuviera observando con deleite. Tuvo que tragarse las palabras.
Algo apareció de repente en la pantalla y el grito de una niña volvió a sonar frente a ellos.
A Wendy no le importaba nada más. Levantó el reposabrazos en medio de ellos y se acercó a Charlie.