Al escuchar esto, Wendy se sorprendió. "¿Estás tomando pastillas para dormir?"
Parecía que lo llevaba consigo. Era una botella blanca y diminuta.
"Bueno, o no puedo dormir". Los delgados labios de Charlie se torcieron y le explicó con voz suave: "He tenido insomnio durante cuatro años. Si no tomo medicamentos, no puedo conciliar el sueño la mayor parte del tiempo".
"..." Wendy frunció los labios.
Shee observó cómo él se metía la pastilla en la boca, desenroscaba la tapa de la botella y bebía dos tragos de agua. Su nuez de Adán se movía arriba y abajo, como si la píldora se le hubiera deslizado en el estómago.
De una cosa estaba segura, hace cuatro años no tenía esos síntomas.
En ese momento, dormían juntos todas las noches. La mayor parte del tiempo se quedaba dormida después de tener sexo con él, pero a veces, cuando se despertaba temprano en la mañana, delineaba en secreto su rostro con las manos...
En trance, ese par de ojos profundos también la miraban.