Al escuchar sus palabras, Wendy lo miró aturdida.
No parecía haberse recuperado del shock fantasmal por un momento, sus manos presionadas contra sus pechos, subiendo y bajando.
"¡Te estoy pidiendo!" Charlie frunció el ceño.
Wendy se encogió un poco y respondió con un miedo persistente: "Falta mi collar..."
Ella lo miró a escondidas y luego dejó escapar un suspiro de alivio en silencio.
¡Realmente la asustó de muerte!
"¿Un collar?" Charlie volvió a fruncir el ceño.
"Sí..." Wendy asintió y levantó la mano para tocar su cuello vacío. "Debería haberse caído al anochecer. Tenía miedo de que alguien lo recogiera mañana por la mañana, así que vine a buscarlo".
Charlie miró a su alrededor. Había tantas nubes esta noche, y la luna que colgaba sobre su cabeza estaba cubierta por las nubes. Sólo el agua del río reflejaba algo de luz. Además, había hierba por todas partes. Aunque siempre había gente pisándolo, no hay forma de encontrar algo si está escondido.