Ella asintió y dijo: "Sí..."
Charlie la vio cerrar el cajón con sus largas y rizadas pestañas colgando, pensando que solo echaba de menos a su madre.
"No estés triste. Estaremos contigo".
"¡Sí, lo sé!"
Sintiendo que la palma de su mano en su hombro estaba ejerciendo fuerza, Wendy levantó la cabeza y le sonrió. Ella colocó suavemente su mano en el dorso de su mano.
Con él y su hijo a su lado, la sensación de soledad en su corazón había desaparecido hacía mucho tiempo. Pero cuando pensaba en su madre, que había estado enterrada bajo tierra durante tantos años, su madre siempre estaba sola...
Charlie le puso las manos en la cintura, tiró de los labios y dijo: "Tengo un plan para trasladar las lápidas de tus abuelos en el campo a Ice City, y luego reconstruir la de tu madre para que puedan estar juntos. De esta manera, cuando podamos mudarte al extranjero, tu madre ya no estará sola con las personas más cercanas a su lado".