Emily lo miró fijamente. "¡Yo no soy tu señora Chin!"
Aunque su tono seguía siendo grosero, no era demasiado hiriente.
De esta manera, ella se sostuvo en sus brazos y lloró por un rato. Todas las quejas y quejas en su corazón fueron liberadas, pero en la superficie, todavía mostraba una mirada muy enojada.
Simon levantó las cejas y dijo con un brillo malvado en los ojos: "Cuando estábamos en Tbridge City, te presentaste como la Sra. Chin a ese paciente. ¡No puedes deshacerte de esta dirección en tu vida!"
"¡Eres un desvergonzado!" Emily dijo eso mientras lo golpeaba.
"¡Sí, soy un desvergonzado!" Simón curvó los labios.
"¡Eres un pícaro!" Emily lo pellizcó.
Simon aceptó su maldición con placer y dijo perezosamente: "¡Sí, soy un pícaro!"
Agarró su mano sobre su pecho y la besó. "¡Soy desvergonzado y actúo como un pícaro porque te amo!"
"..." Emily estaba atónita.
Al escuchar las últimas tres palabras, no se dio cuenta de lo que había sucedido.