Anthea se congeló allí. Y entonces las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.
"¿Por qué estás gritando?"
Conoció a Adam a la edad de 18 años y había estado intermitentemente con él durante tantos años. Cuando estaban saliendo antes, ella también lo había irritado, pero esta era la primera vez que lo escuchaba gritar tan ferozmente.
Era raro que un hombre como él, que estuvo bajo administración militarizada todo el año, perdiera los estribos de esta manera.
Adán se quedó sin palabras.
Anthea continuó acusando, "¡Me asustaste!"
Adán permaneció en silencio.
Sin embargo, al ver que ella lo miraba con resentimiento, Adam aflojó el agarre y la abrazó con fuerza.
"Lo lamento." También se dio cuenta de que había perdido el control justo ahora. Besó su cabello suave y explicó: "Tengo miedo de que desaparezcas por otros seis años. Anthea, puedo esperar, pero no puedo permitirme perder el tiempo".
Incluso si tuviera que esperar toda la vida, esperaría.