Los ojos de Bunny se abrieron repentinamente.
Al segundo siguiente, ella gritó, "¡AHHHHH!"
Las paredes del ascensor vibraron violentamente; parecía que el ascensor había llegado al fondo. Hizo que su corazón temblara de miedo.
Bunny no tenía miedo de la sensación de ingravidez. Lo había experimentado cuando montaba en la montaña rusa, pero le tenía miedo a la oscuridad.
Cuando era pequeña, no era lo suficientemente obediente. Después de que su padre la regañara y golpeara, su madrastra la encerraba en el ático. Cuando cayó la noche, estaba completamente oscuro allí, y había ratones corriendo junto a sus pies, lo que dejó en ella una gran sombra emocional.
Así que no cerraba las cortinas cuando dormía por la noche.
Bunny tiró el tablero de dibujo que tenía en la mano y corrió hacia Emerson. "¡Emerson!"