"Mami y yo somos los únicos miembros de mi familia. Ella dijo que no sabía quién era mi papi. Pero ayer, alguien me dijo que soy muy parecido a ti, así que pensé que tú podrías ser mi padre". El pequeño lo miraba inocentemente, sin siquiera parpadear.
En este mundo, lo más puro eran los inocentes ojos de un niño.
Bajo esa mirada, la defensa interior de Augustine se resquebrajó centímetro a centímetro. Tenía la inexplicable convicción de que sería increíble que ese niño fuera suyo.
Zeph se mordió el labio inferior con decepción, pues era evidente que había fracasado en su misión.
Sin embargo, no estaba dispuesto a rendirse. Sacó un mechón de cabello de su mochila y lo puso sobre el currículo. "Este cabello es mío, así que mi ADN está en él. Si tienes un poco de tiempo, ¿podrías hacer una prueba? ¡Tal vez somos padre e hijo! Tengo que regresar, de lo contrario, mi mami se preocupará si no me encuentra".
"¿Dónde vives? Le pediré a alguien que te lleve", dijo Augustine con amabilidad.
"Voy muy cerca de aquí. En ese edificio de enfrente está la empresa donde trabaja mamá. Puedo regresar caminando, no hay necesidad de que alguien me lleve", dijo el pequeño. Luego, miró el currículo y agregó: "Tienes que pensar en lo que te ofrecí. ¡Mi mami es realmente bella, además es muy talentosa! Si no te casas con ella, te arrepentirás".
Después de eso y antes de que el señor Giltstone pudiera reaccionar, el pequeño corrió hacia la puerta, se puso de puntillas para abrir y salió de la habitación.
Las largas cejas de Augustine estaban muy juntas, concentrado en los mechones cortos y oscuros de cabello que estaban sobre el papel blanco; había caído en una profunda contemplación.
Nunca perdió el tiempo haciendo cosas sin sentido.
Por ello, como casi estaba seguro de que ese pequeño y él no tenían nada que ver el uno con el otro, al mirar los mechones de cabello, se preguntó si debería tirar todo eso a la basura, incluido el currículo, o perder el tiempo enviándolos a un análisis de ADN.
En ese momento, la asistente Yallop llamó a la puerta y entró en la habitación con algunos documentos en la mano
"Señor Giltstone, necesito que firme estos papeles, son urgentes", consciente de la situación, al concluir su frase ella giró para irse.
"Espera un momento". La voz de su jefe, profunda y magnética, la detuvo en seco.
De manera que ella se dio la vuelta y lo miró. "¿Qué puedo hacer por usted?".
Augustine se sacó cuatro o cinco mechones de pelo de las patillas, colocó un par de pañuelos sobre la mesa, envolvió su cabello y el del niño por separado, y se los entregó. "Llévalos al hospital para un análisis de ADN. Necesito un informe detallado".
La asistente Yallop los tomó sorprendida, pero asintió de inmediato. "Está bien, me encargaré de ello, ahora mismo".
Zeph regresó a la empresa de su mami lo más rápido que pudo y cuando abrió la puerta, escuchó a alguien susurrar.
"El hijo de la diseñadora Carlewood ha desaparecido. ¿Lo viste? ¡Ella lo estaba buscando desesperadamente hace un momento!".
"¡No! ¿A dónde iría ese niño? ¡Sería muy peligroso que hubiera salido del edificio!".
Al escucharlas, Zeph corrió inmediatamente hacia ellas. "¿Mi mami me está buscando?".
"¡Ay, Dios mío! ¡Pequeño, estás aquí! Date prisa y ve con tu mamá, porque está entrando en pánico". La otra mujer lo tomó enseguida de la mano para llevarlo a la oficina de Vivianna.
Su madre estaba tan ansiosa que ya había buscado el número de la policía y estaba a punto de marcarlo. Sin embargo, le volvió el alma al cuerpo cuando escuchó la voz de su hijo. "Mami, aquí estoy".
Vivianna volteó a verlo y su rostro pálido se volvió severo de inmediato. "Zeph, ¿dónde estabas? ¿No te dije que no anduvieras corriendo por todos lados? Me vas a matar de un susto", dijo ella al borde de las lágrimas.
"¡Mami, lo siento! No volveré a irme solo", prometió el pequeño disculpándose sinceramente, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.