"Entonces, ¿a qué escuela piensas llevarlo?", preguntó Vivianna cruzada de brazos, viéndolo a la cara.
"A la escuela real internacional para nobles", respondió él.
En esa ciudad había una escuela de excelente calidad y con un sistema del más alto nivel que garantizaba un estricto protocolo de seguridad. Por eso, el costo de la matrícula era tan elevado, que incluso una familia adinerada común y corriente no podía pagar ese colegio.
"¿Y cuánto cuesta un semestre en esa escuela?", preguntó la joven frunciendo el ceño, pues a ella le correspondía asumir los costos de la educación de su hijo.
"La última vez escuché decir a un amigo que no era muy costoso. Creo que un poco más de un millón de dólares el semestre".
Vivianna casi se atragantó al escuchar el monto y miró a Augustine con los ojos desorbitados, mientras balbuceaba: "¡Más... Más de un millón de dólares! ¿Por qué es tan caro?"